Una cicatriz patológica es aquella que, por sus características, genera problemas en el paciente que la padece. El tejido cicatricial, más duro que la piel normal, es especialmente problemático en zonas sometidas a movimiento, como son las articulaciones (rodillas, codos, dedos, etc.), pudiendo llegar a comprometer su función. Además, aún sin generar problemas funcionales, hay pacientes que desean la mejora de una cicatriz previa por motivos estéticos exclusivamente.
Actualmente existen multitud de técnicas quirúrgicas que permiten mejorar la calidad de una cicatriz, desde procedimientos poco agresivos hasta cirugías altamente complejas, incluso mediante la utilización de técnicas de medicina regenerativa.